domingo, 4 de diciembre de 2011

#gratisnotrabajo

Resulta que una periodista ha recibido una oferta de empleo con unas condiciones leoninas: redactar posts por 0'75 € la entrada. Ay. Y se ha indignado. Aquí el enlace. La noticia ha saltado a Twitter, donde parece ser que una multitud de periodistas y tuiteros se han echado las manos a la cabeza y acto seguido al teclado hasta convertir #gratisnotrabajo en trending topic de hoy. Bueno.

Aquí algunos de los tuits:

Digamos basta! Una periodista denuncia que le ofrecieron 0,75€ por artículo Digámoslo y hagámoslo. En defensa del periodismo ”, el Trending Topic por la dignidad de la profesión periodística  pásalo!

Pongámonos en situación. Fantástico que se indignen y consideren humillante esas condiciones laborales. Ahora bien, lo sorprendente que se sorprendan. Que lo presenten como una terrible y escandalosa oferta, como el atropello del siglo a los derechos de uno. Hola, amigos periodistas: esa oferta es normal, si lo normal es la norma. Porque condiciones de trabajo homólogas o peores están sucediéndose (y aceptándose) en todos los ámbitos todos los días

Se da aquí un mecanismo que sucede a menudo: cuando algo toca a los periodistas es cuando salta a los medios (tradicionales o dos punto cero). Es lógico, al ser la profesión que tiene un acceso más directo a la divulgación. A los profesionales de educación o de sanidad les ha llevado meses conseguir visibilidad y atención en las redes, e imagino que hay ahora mismo muchos colectivos sufriendo recortes brutales en sus condiciones de salario y trabajo de los que, simplemente, no hemos oído hablar, a no ser que alguien nos lo haya contado de primera mano. Que el día que los camareros hagan su trending topic lo vamos a flipar.

No se trata del no-te-quejes, que-otros-están-peor. Pero sí de que, quizá, y precisamente tratándose de periodistas, este hecho debería ser visto como un síntoma más del estado en el que se encuentra actualmente el mundo laboral, y no como un atropello a su profesión. Igual no debería ser TT "por la dignidad de la profesión periodística", sino "por la dignidad del trabajo".

Pero eso no pasa. Más bien al contrario, el estado cotidiano de las condiciones laborales en este país, y su empeoramiento acelerado, se está convirtiendo en un tabú mediático. Quizá porque en los propios medios se da el mismo mal, como denunciaron inanemente hace unos meses los trabajadores de ElPaís. Quizá porque la necesidad de que las empresas sigan funcionando y generen empleo hace que tengan carta blanca para hacer lo que les venga en gana con las condiciones de sus trabajadores, saltándose convenios y leyes fiscales.
Veamos. Agudeza mental:
Hay casi cinco millones de parados. Un millón y medio de unidades familiares con todos los miembros en paro. El 93% de los contratos realizados en el último mes es temporal... y no hay revuelta social (lo siento, no la hay). Deduzca en menos de cinco segundos qué está pasando. Voilá: economía sumergida. 
Probablemente, el problema de fondo de este país. El mismo problema que, aparentemente, empujó a la economía griega hacia el abismo. Que es delito, sobre el papel. Y el problema del que no se ha hablado en campaña. Del que no se habla en los análisis mediáticos, ni en las tertulias.
Un buen ciudadano (no un periodista ejerciendo su profesión) le preguntó sobre esto al secretario general de las FAES y asesor del PP en el chat de ElPaís. Obsérvense los eufemismos:
 Ante todo desearle buenos días. Querría saber su opinión en relación a la economía sumergida de este país, y como se pretende atajar dicho problema, ya que damos por supuesto que con 5.000.000 de parados, y no habiéndose producido ninguna revuelta social, existe una forma de obtención de beneficios que perjudica a la recaudación de este nuestro país. Siendo un mal endémico, tanto a nivel de empresas que no declaran aludiendo no llegar a los mínimos, como otros profesionales. Muchas Gracias
 Y, ¿qué respondió el político? ¿Que es una situación intolerable? ¿Que habrá tolerancia cero con el fraude? ¿Que es, simplemente, ilegal? Pues no:
Hay que luchar contra la economía sumergida haciendo más interesante o atractivo que emerjan en lugar de seguir sumergidas: reduciendo los impuestos, facilitando la actividad con menos burocracia, menos cargas administrativas. Cualquier empresario prefiere estar tranquilo y pagando impuestos que estar pendiente de una inspección con multas y sanciones.
Menos burocracia. Vaya. Así que se contrata en negro, o los autónomos no declaran, porque es mucho papeleo. Ya ves. Lo único malo es que te estresas, porque puede venir una multa. Una multa. No el cierre de la empresa, ni responsabilidades penales.
Pues sólo podemos deducir que la economía sumergida en este país es lo normal.

De hecho, el gobierno del PSOE puso en marcha este año un plan. El plan fue no multar durante un año y medio a todos los empresarios que "blanquearan" trabajadores. Como si he atracado un banco y, por ir a confesarlo, me perdonan. No tengo ni que devolver el dinero. Qué bien. Eso sí, se supone que después esas temidas multas van a ser más caras. Esas multas que no se sabe quién paga, porque en la noticia, donde se cifra en 245.000 millones  de euros el flujo de dinero negro anual, sólo se hablaba de otras:

El ministro de Trabajo, por su parte, ha recordado que ya existe un esquema de sanciones para trabajadores que complementan ilegalmente la obtención de prestaciones por desempleo con un trabajo remunerado. Gómez ha dicho que cada año se abren 250.000 expedientes por esta infracción y ha estimado entre el 15% y el 25% del PIB el porcentaje de la economía sumergida.
(la negrita es mía) 


De todos modos, parece ser que el plan no funcionó. 

El empleo sumergido se resiste a salir a la luz. El plan extraordinario del Gobierno para aflorar el trabajo que escapa al control de la Seguridad Social apenas ha logrado sacar a la luz unos 3.000 empleos (...). La diferencia es tan baja y poco significativa estadísticamente incluso cabría cuestionarse si el plan ha tenido efecto alguno.

Qué sorpresa.

Y, si lo ilegal sin ambages está normalizado, cabe imaginar lo demás. Trabajo no remunerado fuera de horario, salarios por debajísimo de convenio, tareas que no corresponden a la categoría laboral en contrato, imposibilidad  real de afiliación sindical,  responsabilidad/nocturnidad/seguridad/transporte no pagados, finiquitos mal calculados, contratos de falsa temporalidad, etc, etc, etc. Por mi experiencia laboral y las de quienes tengo alrededor, lo que está pasando es que las condiciones laborales cada vez dependen menos de las leyes y más de la buena voluntad del empresario. Si alguien no lo ve alrededor, Laboro es una página magnífica donde consultar un montón de prácticas comunes en este nuestro maravilloso mundo laboral. Por ejemplo, el futuro que ya está aquí (y del que tampoco hemos oído hablar demasiado), ese nuevo "contrato de aprendiz" donde el trabajador se llama "persona joven" y que reza "las prácticas no laborales en las empresas no supondrán, en ningún caso, la existencia de relación laboral entre empresa y la persona joven".

Seguid hablando del precio por post, sí, que es indignante. Pero, por favor, vamos a empezar a hablar también de lo demás.

Salud.




1 comentario:

  1. pues sí... habría que tener una mirada bastante más global de lo que está pasando. La crisis es la excusa perfecta para recortar derechos laborales al grito de hay que apretarse el cinturón... y, en realidad, si el propio gobierno toma medidas del estilo (fomenta contratos que ya ni contrato basura, descalifica las demandas de los trabajadores y un largo étc) ¿qué podemos esperar del sector privado?. Los periodistas deberían devolver la dignidad al gremio poniéndose a publicar lo que pasa de verdad. porque el problema es global y es labor de los periodistas visibilizarlo y contraatacar.

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