martes, 3 de mayo de 2011

Mitos que caen

Cuando éramos pequeños, eta mataba más. Un montón más. Y en madrid, mucho. Salías de madrid y los niños de provincias te decían "¿Vives en madrid? Allí ponen bombas". 
A nosotros nunca nos cayeron las bombas, pero eso era porque teníamos mucho cuidadito y no dábamos patadas a las maletas, ni a las bolsas de deporte ni a las cajas de cartón que hubiera por la calle. No lo toques, que puede ser una bomba. Yo todavía no abro nunca una maleta, porque puede ser una bomba. De veras.

Y hoy, al hilo de que han excarcelado a un etarra de los de antes, leo:

El día de su muerte Piris estaba jugando con otros dos niños [...] cuando fueron alcanzados de lleno por una carga explosiva que había sido colocada bajo un coche de un guardia civil que solía aparcar en la calle en la que se encontraban los chavales. El agente puso en marcha su vehículo y el artefacto cayó al suelo sin que hiciera explosión. El guardia civil no se percató y la bolsa quedó en la calzada. Cuando Piris la vio, al parecer, le dio una patada, la bomba estalló y murió en el acto.
Léase bien. En 1980 un niño le dio una patada a la bolsa de deporte que había sido colocada bajo el coche de un guardia civil. No quiero decir nada político con esto, sólo que me ha impresionado porque me pasé la infancia pensando que eta se dedicaba a ir por ahí dejando maletas con bombas en la calle, en el contenedor, enfrente de mi casa, con el claro objetivo de que los niños le diéramos patadas y voláramos por los aires, y parece que tan así no era.

Si no, que me corrijan.

Hale, cuídense. Y abran las maletas, si les place.

2 comentarios:

  1. Yo me acuerdo de eso también. Y de que algunas mañanas sonó bum muy fuerte mientras nos lavávamos los dientes y era una bomba de eta y nuestra abuela llamaba para ver si no nos había pasado nada porque era al lado de casa y nosotros no entendíamos nada mientras nos quitábamos las legañas. y yo aún me alejo de las bolsas de plástico y nunca nunca le pegaré una patada a ninguna.

    ResponderEliminar
  2. Hace poco vi una mochila en la calle. Sola. Medité un rato sobre qué hacer. Un poco por diversión y otro poco por si acaso, decidí decirle a unos pitufos de por allí. La mochila olvidada estaba justo enfrentito de un edificio muy grande y muy rectangular que hay en un sitio que se llama Moncloa. Logré colapsar el tráfico durante una hora y media. Yo solita. La mochila era de alguien un poco despistado.

    ResponderEliminar